viernes, 16 de octubre de 2015

La Morra


- Antonia, agarra a tu hermana y vete a la plaza con el cántaro.
- No se preocupe madre, ya me la llevo y la distraigo un rato. Luego me lo traigo lleno.
Los días del estío son insoportables, el olor a la sequedad del campo agobia el aire, rezuma el polvo en cuanto algo de brisa se levantaba. Si sopla solano el día es de fuego, y por aquí los meses de verano son todos lo mismo.
Pasos lentos, no hay prisa para nada en mi pueblo, nos llevan a Maria y a mi a la plaza. La vigilo con un ojo mientras corre con sus amigas a jugar al casco. El sol ya tiene la mañana hecha, mi sombra me la piso y el pañuelo es la única solución al agua que me resbala por la frente. La torre de la iglesia solo está en el cielo, no la veo en el suelo cuando al atardecer salgo al encuentro del padre que viene de la era de trillar la mies. Entonces es cuando el día se deja ver en los ocres y dorados de su puesta. Baja la temperatura lo justo para respirar hondo y que no queme los pulmones.
Este pueblo vive del cielo exclusivamente, no hay nada más. Animales que sólo sirven para la susistencia del campo y de la nuestra. El cielo es lo único que nos da vida, siempre a su aire, siempre a su albedrío. El cura hace lo que puede pero el sol es plomo durante meses.
El hilo de vida en la fuente de la plaza es lo singular de nuestro pueblo, colas de mandiles por las mañanas al despuntar el día, llenan cántaros y búcaros del líquido vital.
Solo los cuentos de los ancianos dicen que en La Morra hay agua, es la cantinela con la que te duermes día a día.
"Pasan los años y en La Morra hay agua. Los ancianos llevan razón, como casi siempre. Vinieron técnicos muy listos a descubrir lo que ya sé sabía."
Se acaba el paseo a la plaza, los cántaros y búcaros se dejan en los anaqueles de la alacena como restos de antiguos utensilios, los grifos aparecen y mi padre tiene una bañera donde quitarse el polvo de la era y refrescar el cuerpo curtido por el solano.

En mi pueblo, Barrax, La Morra trajo la vida. 

martes, 8 de septiembre de 2015

Una mirada profunda



El beso de anoche me supo a poco, el calor no llego a ser tibio, la mirada profunda de tus ojos negros hablaba en silencio.
Una caricia justa de tus yemas en mi mejilla decían más que las mil palabras dichas antes. Tu otra mano se apoyaba en mi pecho, con esa cadena de nubes que atan lo preciso.

Nunca se sabe que puede pasar después.  Mejor esperar al momento oportuno.  Ése se sabrá cuando llegue, no adelantes lo que no se debe. No corras por el camino del paseo, nunca te arrepentirás cuando ocurra. 

lunes, 7 de septiembre de 2015

Sonaba un Rayo de Sol



Sonaba un Rayo de Sol de Los Diablos. Aquella canción marcó mi mes de julio. Los ojos negros de Mari Carmen no me abandonaron los 30 días. Los juegos de "a mi derecha, el anillo, la zapatilla, el teléfono, las películas", era todo lo que yo podía desear estando siempre a su lado. Algún paseo nocturno antes de cenar en compañía, alguna conversación siempre con la cara roja. Se acababa el mes.
- Mamá yo me quiero casar con Mari Carmen.
- Vale, si, lo hablamos el año que viene, solo tienes trece años.
Un monedero y una diadema fueron los regalos que nos dimos.
Y treinta días de llanto.

Nunca más la vi

domingo, 23 de agosto de 2015

El Libro de tu vida


El otro día escribí un pequeño relato sobre la amistad. Refleja mi opción muy subjetiva sobre ella. Describiendo en pura esencia como la veo.
Decía algo así como: "Hoy me has contado tu agobio, hoy me has trasmitido tu ansiedad, y yo me he sentido como tú. Esa complicidad que siempre tenemos, parece un hilo que siempre está vibrando entre los dos. 
Sabes contarme tus cosas, sabes que te voy a escuchar, sabes que te voy a comprender y sabes que te voy a aconsejar cuando lo necesitas cada vez. Otras un simple silencio o un querer apretujarte sobra.
Nos decimos que nos queremos y, aun en la distancia, sabemos que siempre estamos juntos.
Me serenas, me equilibras, que lo mismo lo sientes tu que yo
Estoy sereno hasta que te vuelva a ver."
Reflexionando estos dias he visto una nueva dimensión a la amistad con la perspectiva del tiempo. Un amigo es todo eso que escribí, pero durante toda la vida que estaremos juntos, hasta que uno de los dos la deje.
Los amigos van pasando por la tuya como personajes de tu libro. Unos tienen un protagonismo relativo, otros son puros secundarios en tu devenir, los más, ni siquiera les pondremos nombres, otros tendrán unos adornos ligeros, matizes sin más gloria. Tu vida es una novela, a veces de misterio, otras policíaca, románticas y atrevidas, tierna y dura.
El protagonista, el personaje principal siempre eres tú. Rodeado de tus verdaderos amigos, esos que interactúan en todos los capítulos y que en el epílogo están sus nombres completos gravados en negro sobre blanco en tu corazón. Secundarios de lujo, que hacen tu paso por tu historia la más bella epopeya.
Y si algún día pudieras leer su novela verías tu nombre entero justo debajo del suyo.
Tus amigos siempre están contigo a lo largo de vuestras vidas 

viernes, 15 de mayo de 2015

Cristina



Ayer tarde estuve con mi médica más de dos horas en su consulta. Trabajo perfecto.
Al salir paseando con tranquilidad, iba meditando acerca de todo lo que me había hecho. Y la verdad, de medicina mucho, claro, pero también vi muchas más profesiones, a cada cual más importante.
Arquitecta, hizo un proyecto de reconstrucción importante. Ingeniera, utilizaba unas herramientas de altísima precisión que necesitaban de esos conocimientos. Oficial de primera en la construcción, una argamasa para unir los distintos materiales que utilizaba. Escultora, modeló a la perfección aquella obra de arte, con el resultado deseado. Modista de alta costura, sus puntadas certeras y precisas, remataron aquel diseño de ensueño. Mejor terapeuta, dejando que sus palabras y manos relajaran por completo mi mente.
Su voz melodiosa y aterciopelada solo hacía relajar el momento de tensión cómo si del concierto de mi cantante favorito fuera.
Mis pasos eran lentos y cadenciosos. Me llevaban a sentir un estado anormal después de una anestesia de dos horas, extraer una muela, quitar un puente, y coser su emplazamiento. 

Bien, muy bien Cristina por ser mi mejor odontóloga. Gracias

jueves, 14 de mayo de 2015

La vida Gris



En los días grises de lluvia, te revelas por la angustia, el ahogo de tu alma y ves el fin de tu vida en tus ojos yermos.
Tus manos arrugadas de nieblas sin luz, tu piel blanca de amaneceres negros, cuerpo corvado del peso de toda una existencia.
Noche larga de vela continua, almohada mojada de sudores fríos, sueños despiertos de tinieblas llenos.
La espera de la luz no llega, el aire se hace pastoso, el silencio avanza lento pero continuo, la ansiedad es total.
Más mi cabeza se alía con mi alma, mi corazón con mi amor, siento que dentro se remueve mi espíritu, y algún atisbo de esperanza inicia un paso tras otro.
No hay luna que dure un día, ni jornada cinérea que una vida sea. Dentro de mí, mis gritos aúllan. Sol sal. Viento sal. Luz sal. Vida sal.

Resiste, ya llega. Vive.

lunes, 27 de abril de 2015

Lucas



Empezó muy pronto su escritura. Al filo de la una. Su andadura ha comenzado con paz y alegría, recibido con entusiasmo y pasión. Amor desmedido, en este caso comprendido.
Hoy es un gran día. Hoy es uno de mis grandes días.
Y será el mejor día de su vida.
Recibido con esperanza, con deseo contenido y espera nerviosa. Lo primero que nos presentó fue su cara recién bañada por el aire, nunca antes había sentido ese nuevo medio.  Ojos impresionantes, mirada despierta, gesto firme y labios de carácter. Solo asomaban sus pequeños dedos con uñas blancas y largas que ya habían dejado sus marcas en su delicada piel.
Marcará su vida su frente. Ancha y despejada. Nariz chata pero define su línea con decisión.
Llega rodeado de cariño, de amor y deseo. Vas a luchar por tus sueños, siempre llenos de metas por alcanzar. Se libre, no busques cadenas, mirada alta, lucha, arriesga, sé constante.

Vive, disfruta de tu vida. Bienvenido Lucas. 

martes, 21 de abril de 2015

Cotilla


Las redes sociales son nuevas formas de enterarse de las vidas ajenas. Un cotilleo total de vidas ajenas. Hay personas cotillas, chivatas, chismosas, correveidiles, y eso es lo que está pasando con estas redes. Está en la condición humana el fisgón y que además lo cuenta.
Sus vidas propias son simples. Tanto que están faltas de contenido y las rellenan con vidas ajenas haciéndolas propias. Se meten, opinan, critican, desbrozan, destrozan. Simplezas que solo en su corta existencia, y no de tiempo, dan grandeza de sabiduría.
Exponen, se exponen, cuentan, radian su propia vida al viento. Paso a paso. Minuto a minuto. Sin más importarles que los demás se lo digan y consientan.
Ese sentimiento de pobreza vital les reafirma para sentirse con la fuerza de hacer exactamente lo mismo con las vidas ajenas. Que ni cuentan ni se exponen. Simplemente trasladan hechos. Cuentan historias o demuestran sus habilidades. Pero nunca su vida privada se explica.
Ahora es cuando ven en las demás la que ellas no tienen. Vida propia. Vida privada. No existe vida fuera de las redes, no hay nada en la vida real. No hay amigos, no hay amigas. No se habla por teléfono, no se mandan cartas escritas, no hay libros, ni un café acompañado.
Que no tienen otra cosa que hacer en sus vidas que contar la de los demás en público y por privado. Contarle a uno lo del otro. La una la de la otra. Esa gran figura del cómico José Mota, la vieja del visillo, es claramente lo que está degenerando muchos casos de perfiles en las redes.
Las consecuencias inevitables de rupturas de amistades creadas en la falsedad de la red. Ansiedades enfermizas por la falta de respuestas deseadas. Agobios patológicos que degeneran en depresiones totales.

Estas son las consecuencias de una real realidad irreal. 

viernes, 17 de abril de 2015

Reloj de Arena



Al reloj de arena no le dio la vuelta, simplemente le puso la mano encima y la arena empezó a subir.
No dejó el reloj hasta que el tiempo recorrió su amargo camino en dirección opuesta al ya recorrido.
El mundo por un momento se paralizó y lentamente su sentido de giro cambió de izquierda a derecha.
Los sucesos acaecidos se deshicieron a la misma velocidad con la que habían ocurrido.
La sangre volvía a su cuerpo, el cuchillo salía de su garganta, y los ojos se abrían de nuevo.
El canalla se retiraba lentamente, como había llegado.
Justo en ese momento levantó la mano del reloj, sacó su pistola reglamentaria y apuntó certeramente entre sus ojos.
Juzgado y condenado por el intento de asesinato de su ex mujer.
Solo el poder del reloj de arena había conseguido salvar una vida.


jueves, 9 de abril de 2015

CORRESPONSAL




Cuando vas a la guerra corres el riesgo de que te supriman, de que te maten. En la paz corres el riesgo de que mueras o de que te aparten.
Y solo por esa gran diferencia es por la que unos valientes, amantes de su profesión, se juegan la vida, que los supriman, para que otros, en la paz, se enteren de que en las guerras hay muertes no deseadas. Muertes o asesinatos. Da igual, el que muere no quiere morir y el que mata, sí quiere matar. Una gran desavenencia en las formas de entender un conflicto.
Los que andan con armamento de películas fotográficas, con tarjetas micro SD, con réflex de última generación, no disparan fuego, pero si reflejan el fuego, el horror de una sinrazón. Plasman en los ojos de la paz los horrores de la otra tierra, esperando que los que están sentados en sus cómodas butacas salten por el ruido de las imágenes de cientos de almas rojas cubiertas de la insensatez de muchos.
Sus chalecos no terminan en puntas, ni son de colores de sedas, ni cubren el cuerpo entero; las balas, a veces, no entienden de trayectorias precisas y se alojan entre ojo y ojo; no rebotan en el Kevlar, entran en el bajo vientre y duelen hasta eliminar la posibilidad de que la réflex con Wifi transmita su propia muerte.
Son personajes de aventuras, o son idealistas de vocación. Son los que ellos quieren ser. Y quieren con una imagen retorcer a los que estamos llenos de avaricias y lujurias.

Pocos hacen mucho. Nos dan donde más nos duele, pero el problema es que cada vez el callo es más duro y está más lejano de nuestra alma.

miércoles, 8 de abril de 2015

Naturalezas



En estos dieciocho meses que llevo en estos lares, he podido comprobar que la naturaleza es cambiante según las condiciones del lugar donde te encuentras. Algo lógico pero que muchas veces no damos más importancia que al hecho de sentirla, sin profundizar en el porqué del hecho mismo.
Me explico. Un ciudadano que vive en un sitio determinado, con unas condiciones de temperatura y altitud determinadas, y que nunca ha salido de ese lugar, no entiende como en otra parte del globo terráqueo hay otras condiciones. Solo que son distintas y, como casi siempre, además las envidia.
Este tiempo que llevo viviendo aquí, descubro que el clima no sólo está en función de la temperatura, sino también de las condiciones de latitud donde se ubica la ciudad. Con muy poca distancia, quizá debido a la propia orografía, se pueden tener cambios muy importantes en las condiciones habituales de vida. El subir un par de kilómetros en altura, desplazarse a través de una montaña una decena de kilómetros o estar protegido por el valle de turno, hacen que las condiciones sean muy particulares.
Todo esto nos lleva a que las personas que vivimos en esos sitios determinados, no son exactamente iguales, están influenciadas por ese hábitat particular. Donde las condiciones condicionan sus vidas. El calor, el frío, la altura, la distancia, la luz, el sol, la luna, el aire o el agua les lleva, nos lleva a una vida, a un carácter, a unos sentimientos tan distintos unos de otros.
El frío, la falta de luz, los días sombríos y mercurianos, nos hacen personas más tristes y con muchas carencias.
Los sitios de luz total, calor extremo, noches cortas, hacen de esas personas, más espontáneas, más bulliciosas, más alegres.

El caso es que siempre estamos envidiando lo que tienen otros, sin apreciar que lo nuestro siempre tiene sus valores. Queremos estar dónde no estamos y ser quienes no somos. No es cuestión de inconformismo, sino de envidia, a veces sana, otras visceral.

domingo, 5 de abril de 2015

Cuando mi alma vuele



Cuando mi alma vuele y deje mi cuerpo, el día se convierta en noche y la eternidad sea alcanzada; la soledad desista en ser mi compañera de vida terrenal y se convierta en la paz del espíritu.
Los espacios se llenen únicamente de sentimientos, el verso se vuelva libre y aflore sin retraerse.
Solo entonces la felicidad será completa, la tristeza se convertirá en alegría, la envidia en pasión.

Y el amor en existencia 

sábado, 28 de marzo de 2015

Pastilla


­— ¿Porqué eres roja?
— ¿Y tú azul?
—Pues no lo sé con seguridad, debe ser para diferenciar el principio activo.
— ¿Y eso que es?
—Dicen que es lo que hace que se cure la enfermedad.
—Pues yo es visto a muchas y de muchos colores. Se ve que hay muchas enfermedades entonces.
.....
—Carmen ya me has cambiado las pastillas. Estas no son.
—Que si Ricardo, que son estas. Las han cambiado, ahora son de otro color y más grandes.
—Tú lo que quieres es matarme, me estás engañando.
  *******
—Así es imposible tomarse una pastilla. Hay que morderla y hacerla más pequeña. Me atraganto.
—Tómatelas con mucha agua, que luego se te quedan por ahí y toses. Ah y de una en una.
—Yo todas de golpe y un buchito de agua.
.*******
¿Cuántas veces hemos oído estas conversaciones? Muchas. Demasiadas quizá. Es solo una prueba de la gran variedad de presentaciones que existen, en tamaño, forma y colores. Y no se queda ahí la cosa, ya que cada cierto tiempo hay alguna mejora, una nueva técnica o simplemente, una nueva fórmula de venta. Y vuelta a cambiar el producto.

Y vuelta a tener y escuchar la misma conversación.

jueves, 26 de marzo de 2015

Morir en vida



Siento la angustia por el miedo que me invade, el dolor me cruje el alma, la sangre se espesa en el corazón. Un recuerdo de vidas frustradas por avatares sin sentido.
Escribo lleno de rabia, no hay lógica en la vida. Se van los que nunca deben. Llenos de juventud. La añoranza es total. Mi desánimo absoluto. No entiendo nada.
Pienso rasgar los cabos de mi nave y viajar a una deriva sinsentido. Vientos y tormentas. Rumbo sin rumbo, directo a un naufragio. Estrellado en los acantilados.
Lloro de desánimo y sereno mi espíritu. La soledad me relaja, me vuelve el sentido. Comprendo la vida. Calma el tiempo. Los vivos viven y necesitan vida.

Morir en vida es peor aún. 

sábado, 14 de febrero de 2015

La hucha amarilla



Esa mañana fue muy especial. Venía el padre Arnal a contarnos una historia de África. Allí había niños como nosotros que pasaban muchas necesidades. Era la historia que a mi corta edad estaba deseando escuchar. Cinco años atrás la contaban los mayores y piro fin llegó mi momento de ser el protagonista de oír de su voz la famosa historia y su consabida competición.
Había que recaudar dinero en unas huchas amarillas con tapa azul y un candado. Yo las llevaba viendo años atrás y quería que ya me tocara a mí sacar dinero para los de África.
Al terminar de contarnos la dichosa historia, la verdad es que me parecía tan extraña a mi edad, que más parecía un cuento que la realidad; nos pusieron por parejas y repartieron las famosas huchas. Primero hicieron una lista con los nombres de cada uno que formábamos las parejas en orden de como las iban dando, luego las repartieron y a mí que tengo el apellido del final del abecedario me tocó con mi compañero de pupitre pero esas huchas amarillas de tapa azul y candado se habían acabado y nos dieron un bote de Colacao pintado de amarillo y una tapa de hojalata con una raja en medio. Vaya gracia. Tantos años esperando la famosa hucha y ahora me tocaba la mirada de un bote.
El caso es que durante la semana y hasta el lunes siguiente teníamos que recaudar dinero.
Yo le dije a mi compañero Ricardo que se llevara la hucha, el bote, a su casa, que le fuera pidiendo a toda su familia, incluso a quien se encontrara por la calle, yo me quedaría la hucha el fin de semana.
Pasaron los días. El martes, el miércoles, el jueves y Ricardo decía que nadie le echaba nada, solo su padre y su madre. Le dije que el viernes fuera a ver a sus abuelos. Esos siempre nos dan todo lo que pedimos y por la tarde me daría el famoso bote.
Casi llorando me lo dió.
-no te preocupes. El lunes ganaremos de sobra. Ya verás.
Incrédulo por mis palabras, me la dió y nos despedimos.
El lunes vería la gran sorpresa. La hucha a reventar. Y ganamos la competición de calle. La caja de los colores Alpino de veinticinco y el estuche de dibujo técnico con su caja de tiralíneas era nuestro.
-¿pero cómo lo has hecho?
- fácil. Lo llevo pensando cinco años. El domingo me recorrí todas las iglesias. Y a la misa de cada una. Y a la hora de las limosnas, me adelantaba yo con la hucha y me la llenaban hasta que el cura mandaba al sacristán a por mí. Pero a correr no me ganaba nadie.
Esa caja de tiralíneas tenía que ser mía 

lunes, 2 de febrero de 2015

Valiente



Una ciudad pequeña, con calles blancas y de ligeras pendientes, bañadas por el clima excepcional levantino siendo una villa del interior, gente sencilla, muy humana, vive de lo que da la tierra, marca su carácter.
Ella, una mujer de su casa, amante de su familia, de sus niños, se revelaba a una situación de encierro en esa urbe de barrotes de madera de olivos y almendros. Su horizonte estaba en la luna, aunque muchas veces adivinaba los rayos del sol. Hambrienta de todo, no había nacido en la ciudad donde podía satisfacer sus grandes anhelos de cultura. Formada en la simple escuela, todo lo que caía en sus manos lo devoraba hasta adivinar los entresijos de su funcionamiento. Sobre todos las hojas de los libros. Y digo las hojas porque muchos de ellos solo tenían hojas, ni tapas, ni fundas, ni prólogo, ni finales. Pero esas hojas le enseñaban un nuevo mundo mucho más amplio del que tenía en su cárcel de corto paseo. El desayuno en la plaza, los cotilleos, de la merienda, la salida a por el pan. Y los extraordinarios que le daba su marido con algún viaje por los alrededores a conocer que había detrás de esos almendros y naranjos.
Llegó la herramienta, la llave, el instrumento de ampliar su vida, de llevarla donde le faltaba, esas estanterías vacías y yermas que habitaban en su cabeza. Ese ordenador le habría las posibilidades nunca previstas en su bella ciudad pero tan corta en más vidas. No se conformaba con el solo hecho de dejar pasar su vida sin traspasar sus fronteras sin pasaporte.
Descubrió que había más vidas, más opiniones, más cultura, más mundos, más historias que vivir, mas cosas por aprender, más emociones que sentir. Más documentos por leer, más libros con tapas por sentir. Ambiciones que fuera cumpliendo con esfuerzo, se sentía, mínima, baja, por debajo de ese mundo que ahora le tendía la mano. Le agobiaba no estar a la altura.
No sabía que ella tenía algo que muy pocas personas tenemos, un pundonor sin límites, un sentido del ridículo excepcional. Y unas ganas por aprender que no tenían límites. Y más ahora que los almendros, los naranjos y los olivos solo eran unos árboles de sombras y frutos, y no barrotes de cárcel.
Preguntaba, si hacía falta, mil veces lo mismo, encontraba comprensión, aprendía, rectificaba, se ilusionaba, se movía poco a poco en otro mundo, su ambición creía al ritmo de su cultura. Nadie es más que nadie. Esa es era su meta. Tú sabrás de tu vida y yo aprenderé hasta donde mis librerías se llenen en mi cabeza.
No tenia limites aquellas baldas, se iban llenando de libros, de hojas, te técnica, de tecnología, de conocimientos. De espontaneidad. De saber. De experiencias.

Una luchadora, una superación de esfuerzo, una persona valiente.
A ti Rosana

miércoles, 28 de enero de 2015

GANAR O INTENTAR



Lo importante es participar. Pues no, no estoy de acuerdo. Lo importante es ser el primero, ser el mejor. En el deporte, en el trabajo, en tu hogar, con los amigos, en la sociedad. Competir siempre. Pero no por competir sino por mejorar. Esa frase que la llevamos oyendo años creo que se creó para no frustrar a una juventud inmadura. Históricamente se le atribuye al barón de Courbertin aunque fue Ethelbert Talbot quien la pronunció por primera vez.
Pero vamos a ver. Quien no quiere aprender más? Quién no quiere ser el mejor en su trabajo? Quién no quiere amar más a su pareja? Quién no es competitivo en la vida hasta extremos límites?  Jugamos a la lotería para competir? Nos quedamos en nuestro de trabajo mirando como nuestros compañeros promocionan y ganan más dinero? No nos peleamos, si hace falta, en la cola del pescadero para colarnos? No intentamos engañar a la enfermera para que nos adelante la consulta? Estamos compitiendo siempre. Pero nunca por el placer de solo competir, de sólo participar en la vida. Yo no participo solo, participo para mejorar, para aprender más, para querer más, para ganar más. Para ser el mejor. El campeón tiene nombre, campeón. El segundo casi también, subcampeón. Poca imaginación para quien la inventó. Y el tercero? Yo ni siquiera quiero ser tercero en nada. Siempre estoy mejorando en todo lo que me rodea y me interesa, claro. En toda competición el fin es ganar. Y si no se gana, prórroga. Hasta que el vencedor se adorne con el laurel en la cabeza. Ya lo significaba Luis Miguel Dominguín. Número Uno. Y debajo nadie.
Aunque todo en la vida tiene que ser relativo. Ser el mejor con respecto a que. Ser el número uno en el tiempo y en el espacio.
Esto solo lo escribo con la intención de no quedarnos en la conformidad de lo que tenemos. De un mundo sin más pretensiones de las que te dan, de las que trae la vida. No salir a buscar más oportunidades, hacer mejor tu propia existencia.
Aspirar a ser lo que deseas. Lo importante es intentar, no participar. 

miércoles, 7 de enero de 2015

Odio



Un matrimonio de años, con una relación, hasta los diez primeros, buena; sin ser excesivas las demostraciones de amor y cariño. Quizás, su juventud en una aventura tan marcada en sus vidas, no les supo encauzar como ellos querían. No supieron crear unos cimientos sólidos para una vida en común. Llegaron las dificultades y con ellas las relajaciones en no solucionarlas. Y se acrecentaron hasta dejarlas pasar. La frialdad era una tónica. La incomunicación sus carriles de conducción. La falta de cariño la desgana.
Todo ello conlleva al total derrumbamiento de la pareja. Creando un matrimonio de dos individualidades. Y los hijos por medio, una crueldad casi.
Una separación anunciada. Pronto las terceras personas entraron por medio. Y cuando se deja de querer, se deja de sentir, se deja de pensar en esa persona que ha convivido tanto tiempo a tu lado.
El odio arranca con fuerza, virulento, con saña. Pasa del amor, de la amistad, del solo cariño al extremo opuesto.
La furia más extrema, el desprecio más sublime, de la vida a la muerte. La indiferencia no existe. La sangre se vuelve visceral, calienta más que el infierno. El daño extremo. Verlo en lo más bajo del escalafón humano para clavar estacas que le hundan más abajo. Verle muerto no sería una satisfacción. Solo un mero contratiempo por verlo sufrir menos. 
El tiempo esta en contra del odio. Lo anima, lo ensancha, lo alarga, lo engorda. Anida tan dentro que arrancó cualquier atisbo del amor que hubo.

YO Odio al Odio.