El otro día escribí un pequeño relato sobre la amistad.
Refleja mi opción muy subjetiva sobre ella. Describiendo en pura esencia como
la veo.
Decía algo así como: "Hoy me has contado tu
agobio, hoy me has trasmitido tu ansiedad, y yo me he sentido como tú. Esa
complicidad que siempre tenemos, parece un hilo que siempre está vibrando entre
los dos.
Sabes contarme tus cosas, sabes que te voy a escuchar,
sabes que te voy a comprender y sabes que te voy a aconsejar cuando lo
necesitas cada vez. Otras un simple silencio o un querer apretujarte sobra.
Nos decimos que nos queremos y, aun en la distancia,
sabemos que siempre estamos juntos.
Me serenas, me equilibras, que lo mismo lo sientes tu que
yo
Estoy sereno hasta que te vuelva a ver."
Reflexionando estos dias he visto una nueva dimensión a
la amistad con la perspectiva del tiempo. Un amigo es todo eso que escribí,
pero durante toda la vida que estaremos juntos, hasta que uno de los dos la
deje.
Los amigos van pasando por la tuya como personajes de tu
libro. Unos tienen un protagonismo relativo, otros son puros secundarios en tu
devenir, los más, ni siquiera les pondremos nombres, otros tendrán unos adornos
ligeros, matizes sin más gloria. Tu vida es una novela, a veces de misterio,
otras policíaca, románticas y atrevidas, tierna y dura.
El protagonista, el personaje principal siempre eres tú.
Rodeado de tus verdaderos amigos, esos que interactúan en todos los capítulos y
que en el epílogo están sus nombres completos gravados en negro sobre blanco en
tu corazón. Secundarios de lujo, que hacen tu paso por tu historia la más bella
epopeya.
Y si algún día pudieras leer su novela verías tu nombre
entero justo debajo del suyo.
Tus amigos siempre están contigo a lo largo de vuestras
vidas