Sonaba
un Rayo de Sol de Los Diablos. Aquella canción marcó mi mes de julio. Los ojos
negros de Mari Carmen no me abandonaron los 30 días. Los juegos de "a mi
derecha, el anillo, la zapatilla, el teléfono, las películas", era todo lo
que yo podía desear estando siempre a su lado. Algún paseo nocturno antes de
cenar en compañía, alguna conversación siempre con la cara roja. Se acababa el
mes.
-
Mamá yo me quiero casar con Mari Carmen.
-
Vale, si, lo hablamos el año que viene, solo tienes trece años.
Un
monedero y una diadema fueron los regalos que nos dimos.
Y
treinta días de llanto.
Nunca
más la vi
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